“This season [of Lent] urgently calls us to conversion. Christians are asked to return to God with all their hearts, to refuse to settle for mediocrity and to grow in friendship with the Lord.”
Pope Francis
Someone asked me if I’d be getting ashes this year. Looking confused at their question, I answered, “Of course.” Even more confused by my confusion, the person replied, “Well, I bet a lot of people aren’t going to want to walk around with that on their forehead this year.” I’m not sure if I was more surprised by the rationale for the question, or the fact that the thought hadn’t even crossed my mind. Gratefully, it made me answer the question why, for the 37th year in a row, I will wear ashes. Because I believe that God so loved the world that He gave His only Son so that we could have eternal life. Because I believe in one, holy, Catholic and apostolic Church. I will wear ashes this Wednesday because I want my children, my friends, and those in the elevator to know that I believe, to know that I know I have work to do, and to know that I pledge to try and do that work in order to be who God calls me to be.
And yes, this Ash Wednesday, in my home state of Pennsylvania, I will wear ashes to try and live closer to my Savior. I will wear ashes and wear the sins of a community. I will take responsibility for egregious acts that are not my own, but were committed by the community that I call my own. I will beg forgiveness in the place of those who can’t or won’t or haven’t enough. I will continue to ask for God’s mercy in the absent footsteps of those who should and could.
This week, I will mark my sorrow for those who have been abused and whose lives will never be the same. They have been marked in a way that is so much more painful. These are the sins of my Church and I will carry this cross publicly throughout the day, not because I’m a martyr, but because the cross on which Jesus hung was not His own, it was mine and it was yours. Yes, I will wear ashes this Wednesday and I hope you will too.
“Y en este tiempo (de Cuaresma) recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios “de todo corazón” a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor.”
~ Papa Francisco
Alguien me preguntó si este año me pondría las cenizas. Un poco confuso por la pregunta le respondí: “Por supuesto”. Pero me confundió aún más cuando esta persona me dice: “Bueno, pues le apuesto que muchas personas no van a querer caminar por ahí con eso en la frente”. No estoy seguro si me sorprendí más por el motivo de la pregunta o por hecho de que nada de eso siquiera había pasado por mi mente. Pero me siento complacido, porque me llevó a responderme por qué llevaré las cenizas, como lo he hecho por 37 años seguidos. Porque creo, que Dios amó tanto al mundo que entregó a su hijo unigénito para que tuviéramos vida eterna. Porque creo en la Iglesia que es una, santa, católica y apostólica. Yo llevaré las cenizas este miércoles, porque quiero que mis hijos, mis amigos, y aquellos que estén en el ascensor conmigo, sepan que yo creo, que sepan que tengo mucho trabajo por hacer y que prometo tratar de hacer lo que tengo que hacer para ser la persona que Dios quiere que sea.
Y claro que sí, este Miércoles de Ceniza en mi estado natal de Pensilvania, llevaré en mi frente las cenizas y trataré de vivir más cerca de mi Salvador. Llevaré las cenizas en mi frente y los pecados de una comunidad. Me haré responsable de los atroces actos como si fueran propios pero que los cometieron personas de una comunidad que a quien llamo mi comunidad. Clamaré por el perdón en los lugares donde las personas no pueden tener lo suficiente ni lo van a tener o ni lo tienen. Continuaré rogándole a Dios por su misericordia dando los pasos por aquellos ausentes quienes deberían o podrían hacerlo.
Esta semana anticipo mi dolor por aquellos quienes han sido abusados y cuyas vidas nunca volverán a ser las mismas. Sus vidas tienen una marca indeleble de dolor. Estos son los pecados de mi Iglesia y yo llevaré esta cruz públicamente durante todo el día, no porque sea un mártir sino porque la cruz en la cual Jesús fue colgado no es Su cruz, sino la mía y la tuya. Sí, yo llevaré la ceniza este miércoles y espero que usted también.
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